Un hombre con andar preocupado recorre un pueblo perdido del Oeste. Esta solo,"Solo ante el Peligro"
miércoles, 9 de marzo de 2011
DE AQUÍ A LA ETERNIDAD
From here to eternity), EE.UU, 1952, 118 minutos, B/N
Productor: Buddy Adler. Director: Fred Zinneman. Guión: Daniel Taradash. Intérpretes: Burt Lancaster, Montgomery Clift, Deborah Kerr, Donna Reed, Frank Sinatra, Philip Ober, Mickey Shaughnessy, Harry Bellaver, Ernest Borgnine, Jack Warden, John Dennis, Merle Travis, Tim Ryan, Arthur Keegan, Barbara Morrison.
Estamos ante una de las películas mas completas, mejor realizadas e intensas a la hora de narrar la vida militar. Con una fotografía, aun siendo en blanco y negro, que posee una definición asombrosa para la época en la que fue realizada. Y, por si fuera poco, la historia y las interpretaciones son tan excelentes que hubo actores que no cobraron por sus trabajos con tal de poder formar parte de esta producción. Esta excelente realización obtuvo ocho premios Oscar. La acción se sitúa alrededor del soldado Robert E. Lee Prewitt protagonizado por el actor Montgomery Clift el cual es destinado a un acuartelamiento del Ejército Norteamericano en las islas Hawai en los días previos al ataque japonés de Pearl Harbour, (ataque que supondría, la entrada en la Segunda Mundial de los Estados Unidos). Su nue¬vo Capitán sabe que es un gran boxeador y quiere que represente a su Unidad en los próximos campeonatos. Sin embargo el soldado se mantiene fir¬me en su decisión de no querer competir, lo cual pro¬¬voca que el Oficial de ordenes precisas a los Sar¬gentos de la Compañía para hacerle cambiar de opinión a base de someterle a penosas tareas cuarteleras e interminables y duras marchas adicionales. Paralelamente a esta historia discurre otra en la que el protagonista es uno de los Suboficiales mas ca¬racterizados de la citada Compañía. El Sargento War¬den protagonizado por el actor Burt Lancaster co¬mienza a verse a hurtadillas con la esposa de su Ca¬pitán, interpretada por Deborah Kerr, mujer despechada y que traba relaciones a espaldas de un ma¬rido que la ignora y no la presta la menor atención. El marco humano queda completado con las vi¬vencias entre el soldado Prewitt y su amigo el soldado DiMaggio protagonizado por Frank Sinatra, y los altercados que este último provoca en los bares que frecuentan. El Ejército tiende, por su naturaleza, a señalar a aquél que no marca bien el paso o que no se comporta como el resto, pero, los métodos de señalización difieren mucho de unos países a otros. Aquí podremos ver la tozudez u obstinación del soldado Prewitt por no boxear, aunque, fi¬nalmente lo haga pero por otros motivos. También veremos a Burt Lancaster ejercer el liderazgo natural entre sus compañeros Suboficiales y finalmente el ataque, (son de destacar las tomas aéreas simulando lo que puede ver el piloto al ametrallar), hará que cada uno deje a un lado sus consideraciones e intente arrimar el hombro. También es un hecho de gran realce las relaciones con las mujeres El papel de las dos “D “, Deborah Kerr y Donna Reed esta trazado con tiralíneas, indicando que el papel de la mujer va más allá de ser el de mera comparsa o acompañante. Deborah Kerr simboliza la mujer de un Oficial y que quiere seguir siendo lo mismo aunque sea de otro, pero, que sea Oficial. El tema de las clases, las castas o los estratos vuelve a aparecer. Es una mujer, independientemente de sus problemas para tener hijos, calculadora, fría e insinuante. Es lo que podría llamarse la mujer “Generala” o en este caso “Capitana”. Donna Reed simboliza la chica del arroyo, la mujer que cautiva al hombre para salir del mismo. Aquí no es tema de clases, es cuestión de salir de la corriente: es lo que aquí llamaríamos la “Cantinera”. En esta obra maestra se muestran conceptos tan claves como el liderazgo, el Mando de Compañía (podemos ver fugazmente que se trata de un Oficial de West Point por el anillo que luce en uno de sus dedos) también se habla de la relación entre Oficiales y Suboficiales, la vida entre los Suboficiales y un mosaico de situaciones de ámbito castrense. Muchas películas de hoy día deberían de aprender de esta producción: La escena de la playa es de una sensualidad espectacular y cada espectador puede sentirla sin presenciar nada más que las olas que cubren a los dos. Soberbia.
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